Mucho tiempo ha pasado desde la ultima vez
que escribí y muchas cosas han cambiado desde entonces.
Este blog le debe su existencia a Akira y
Sasha, ya que cuando comencé a convivir
con estos dos seres descubrí un montón de cosas nuevas que realmente me
conectaron con estos animales.
Muchas anécdotas en su comportamiento y su
especial forma de comunicarse hicieron que empiece a registrar sus historias en
este blog.
En ese entonces eramos 4, dos humanos y dos
caninos conviviendo en una casa, luego nos mudamos al apartamento y se sumó
Leela. A partir de su llegada fue una locura y eso nos presionó para mudarnos lo
antes posible porque había que estar loco para vivir con 3 perros en un
apartamento, nosotros lo estábamos pero ya no nos sentíamos bien tan encerrados
(con o sin perros) y por el bien de todos había que huir no solo de vivir en un
edificio y el contacto cercano con los odiosos vecinos (tema aparte) sino
también de la ciudad.
Ahora vivimos en zona suburbana, la costa
de oro es nuestro hogar desde hace unos meses y enseguida sentimos la necesidad
de tener un perro grande que ande dando vueltas por el terreno y nos cuide, así
que era el momento de romper la seguidilla de niñas y darle la bienvenida al
primer macho.
Así fue como con 6 meses de vida se sumó
Tiger a la familia.
Tiger le pusimos porque es cruza de
labrador con cimarrón y tiene un pelaje atigrado con reflejos naranjas
increíble, es un tigrecito.
El vivía en la casa de una clienta del
reparto y antes de saber que iba a terminar viviendo con nosotros ya lo
conocíamos. Siempre lo saludábamos comentándonos lo precioso que era ese
cachorro e incluso Diego le había preguntado a la señora si lo daba y ella decía
que no.
Un día luego de habernos mudado Diego le
volvió a preguntar y esta vez dijo que sí sin dudarlo. Creo que la señora se
veía venir que ese perro iba a tener un tamaño considerable y alimentar esa
criatura tiene un costo mayor, esa es mi teoría ya que el perro estaba flaco y
se notaba que le faltaba alimentación además solo le había dado la primer dosis
de las vacunas y ya tenía 6 meses, señal de que no había mucha
preocupación.
Así fue que un día lo subimos al camión y
lo llevamos con nosotros. En ningún momento se resistió por lo que concluyo que
no estaba muy apegado a esa familia pero me acuerdo que temblaba todo el camino
del miedo, en definitiva eramos unos desconocidos que lo llevábamos quien sabe
a donde.
Le costó unos días adaptarse, al principio
las chicas no le daban mucha cabida aunque el trataba de acercarse a pesar de
ser ignorado.
No pasaron muchos días que después se
convirtió en el compañero inseparable de aventuras de Leela y ahora son trasero
y calzón ya que por la edad son super hiper amigos.
Tiger ya nos adoptó como su familia, es
super mimoso y también territorial, pues con su tamaño puede llevarse el mundo
por delante pero a nosotros nos tiene un respeto tremendo, sino fuera así y
tuviera la personalidad de Sasha tendríamos que hacer las valijas e
irnos!
Y cuando creíamos que ya estábamos
completos llegó la frutillita de la torta, otro machito que vino de yapa, este
sí que no lo esperaba!
Lo habían abandonado en una plaza y una muchacha lo había rescatado junto con una hermanita. Ella tuvo la intención de ayudarlos pero ya tenía perros y no podía con todos, por lo que salió desesperadamente a encontrarle un dueño. Por esas cosas de la vida se topó con Diego por la calle y se lo ofreció, a lo que el respondió que no porque ya tenía 4 perros. Deben haber pasado dos segundos que Diego dio la vuelta arrepentido y le dijo que sí que se lo llevaba.
Así llegó Benito, con un mes de vida super frágil y pequeñito, un bebé. Hoy ya tiene como 4 meses pero va a ser pequeño y con una personalidad enorme ya que desde pequeñito rezongaba a todos en la casa.
Así es como llegamos a la suma de 5 perros, los humanos ya somos una completa minoría. Por suerte hay mucho espacio para todos pero ya no hay vacantes para ninguno más porque para tenerlos hay que tenerlos bien alimentados, vacunas al día y bien cuidados y con 5 ya es bastante trabajo pero una alegría enorme porque son todos un amor.
Sobre las chicas y su nuevo hogar:
Sasha todos los días se da un revolcón de felicidad en el pasto y ya no es para untarse en algo podrido.
Akira disfruta echarse a tomar sol solita sin que nadie la moleste.
Leela ya es una señorita y está hecha una completa salvaje, la naturaleza les sentó muy bien a todas :)
Tiger y Benito
el tigrecito
Leela y Benny
