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jueves, 24 de junio de 2010

Buena sí, boluda no.


Los que conocemos a Aki sabemos que es un ser 100% amor y paz que evade todo hecho violento. En casa, cuando yo me enojo y pego un grito ella inmediatamente marcha a paso ligero hacia abajo de algún mueble como diciendo, "nos vemoo" y se las toma.
Esta perra explota de bondad y me atrevo a decir que es alguna especie de angel justamente por eso, porque no tiene maldad alguna, es como de un alma muy pura.
Tal es su inocencia que cuando salimos a pasear y van sin correa, yo temo.
No es que sea una madre sobreprotectora, lo que me da miedito es que ella mete el hocico en cuanta reja encuentra aunque del otro lado haya fieras indomables del triple de su tamaño y mi temor es que un día le rompan el hocico.
Siempre que ve un perro, Akira se quiere hacer amiga y se acerca sin importarle si es grande, chico, macho, hembra, sarnoso o cheto. No tiene ningún prejuicio, es tan buena onda que ella siempre se acerca moviendo la cola en son de paz. Sin ir más lejos el otro día se acercó a saludar al doberman con collar de pinchos que trabaja como security del supermercado! está regalada. Igual creo que esa buena onda es percibida por los otros perros y siempre reaccionan bien.

Sasha en cambio si ve un perro desconocido lo mira torcido y si puede le ladra como diciendo "arrancá de acá". Es la antítesis.
Bueno, el relato viene porque un día en uno de esos paseos Akira tuvo el primer encuentro violento de su vida. Porsupuesto que ella no lo provocó, fue un perro histérico que vive a la vuelta que la tomo por sorpresa y la atacó creo que por el simple hecho de pasar por su vereda.

Si me hubieran preguntado como reaccionaría Akira en una pelea callejera hubiera respondido que se meaba del miedo, pero para nuestra sorpresa no fue así en absoluto!
Akira inmediatamente reaccionó a la agresión del perro histérico y se defendió muy bien mordisqueando al agresor sin piedad hasta que su padre tuvo que intervenir, porque tampoco era cuestión de que corra sangre.
Atónitos, sacamos la conclusión de que esto se debe al entrenamiento que conlleva el vivir con Sasha (aka Rambo), que es del doble de su tamaño y a la que nunca le tuvo miedo. Es más cuando se pelean, Akira no se achica ni un poquito y le mordisquea los cachetes hasta que las separamos. Obviamente Akira se tiene esa fé porque Sasha se deja y es incapaz de lastimarla, pero nunca imaginé que reaccionaría así en la calle y con otro perro.
Increíble, la perra es inocente pero no boluda.

Punto para Aki!

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