Ya hace un año que se fue Balto.
Nunca me voy a olvidar de el y sé que Diego tampoco.
Fue una tremenda experiencia, una situación límite, una prueba de paciencia y de amor.
Fue mucho sacrificio pero valio la pena luchar cada instante por esa vida indefensa.
La ultima vez que fuimos a lo de mi abuela (donde está enterrado) nos quedamos unos instantes en su tumba pensando, recordandolo.
En ese instante tan íntimo, una mariposa se posó en su tumba convirtiendo aquello en un momento mágico que nos confirma que todo valió la pena.
R.I.P Balto, siempre en la memoria.
miércoles, 20 de octubre de 2010
El tiempo pasa, el recuerdo queda u_u [20/10/09 - 20/10/10]
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